Si tu pequeño rechaza el hecho de quitarse el pañal, podría simplemente querer decir que no está listo y la mejor opción es esperar a que haya desarrollado las capacidades necesarias.
Puedes seguir con las actividades preparatorias sugeridas en nuestro blog que intenta instaurar las bases para decir adiós al pañal.
Utiliza ToyLet® para crear una experiencia divertida del uso del orinal: es importante que permanezcáis todos positivos hasta que el niño no haya adquirido las capacidades que sirven para afrontar esta transición.
Una vez eliminada la hipótesis de la presencia de eventuales miedos, dolores durante la eliminación de urina o heces o algunas formas de disgusto relacionadas con el ambiente que el pequeño no consigue comunicar, esperar puede ser la mejor decisión. Aunque a veces pueda parecer difícil, es mejor no mostrarse frustrados y mantenerse siempre positivos. Los niños son muy hábiles en reconocer el estrés o el ansia de los padres y educadores, y el estrés es un verdadero obstáculo en el proceso de dejar el pañal.
También los niños que han iniciado la etapa con éxito pueden encontrarse con algún inconveniente cuando hay algún cambiamiento, por ejemplo, cuando comienzan a ir a la guardería o cuando nace un hermanito o hermanita: se trata de situaciones temporales y, una vez que se supere la novedad, el niño será capaz de retomar el uso del orinal.
Sentirse frustrados o perder la esperanza de que se consiga llegar al momento de independencia deseado son sentimientos normales en los padres: crecer a uno o más niños afrontando otras responsabilidades cuotidianas puede ser agotador, sea física que psicológicamente. El estrés de dejar el pañal puede venir de fuentes externas a la familia, como la guardería, la comparación con los hermanos o con los otros niños de la misma edad, de los abuelos… ¡la lista puede ser larguísima!
En caso di excesiva presión, mirar la situación de forma objetiva para poder recuperar la perspectiva y el control. Utilizar métodos severos con niños pequeños puede causar un bloqueo o regresión durante una fase de rápida evolución y cambiamiento.
Dejar el pañal es una novedad para el niño, que ha pasado toda su vida a hacer pipí y caca en su familiar pañal.
Incluso las incitaciones dadas con las mejores intenciones pueden potencialmente aumentar el nivel de estrés y frenar o retrasar el proceso.
Haz una pausa durante el período de entrenamiento sin pararte del todo: transforma este tiempo en una experiencia positiva que te ofrece la posibilidad de relajarte.